Continuamos con las JIFFI entrevistas, nuestro pequeño espacio en el que trasladamos varias preguntas a antiguos miembros de las JIFFI. En esta segunda ocasión tenemos a nada más y nada menos que a María Cádiz, quien estuvo en las JIFFI desde su primera edición hasta 2019. Su tesis la defendió en 2018 y ahora es contratada Ramón y Cajal en el Departamento de Química Analítica en la Universidad de Granada.

¿Qué dirías que han aportado las JIFFI a tu tesis y a tu paso por el programa de doctorado? ¿Por qué animarías a otros a participar?

Antes que nada, me gustaría agradecer a la organización de las JIFFI por contar conmigo para estas entrevistas.

Cualquiera que me haya conocido durante el periodo predoctoral sabe que soy una fatiguita de las JIFFI. Estas jornadas, en todas sus ediciones, han sido la mejor experiencia que he vivido durante la tesis, no me cabe duda. Yo empecé como miembro del Consejo de Representantes de Doctorado por el programa de Química en su primera edición. Tuvimos que construirlo de cero y una de las mejores ideas que salió de ahí fueron las JIFFIs. He participado de forma activa desde la coordinación de las JIFFI en sus cuatro primeras ediciones; la primera fue la más loca sin duda, pero todas me han aportado muchísimo. Yo siempre he pensado que la tesis no es solo dar respuesta a tu problema de investigación, sino desarrollar habilidades que sirvan para tu futuro profesional en todos los aspectos, y para eso las JIFFI te dan un curso intensivo. Desde la organización he podido adquirir herramientas de gestión económica, de datos, de comunicación, de trabajo en equipo, de liderazgo, de interdisciplinariedad, pero también he aprendido a gestionar la frustración y el estrés (esto en el bar con unas cañas y los compis era más fácil, todo hay que decirlo).

Estoy segura de que las JIFFIs aportan a cualquier investigador en formación cosas que en la soledad del doctorado no se pueden adquirir, así que animaos, porque es una experiencia chulísima.

¿Qué recomendarías a alguien que acaba de empezar el doctorado? ¿En qué medida las JIFFI pueden ser un buen punto de partida?

Mi recomendación es que se dedique tiempo a sí mismo, a pensar qué quiere conseguir con el doctorado (más allá de tener el título), que busque un grupo de personas que estén en su misma situación, aunque sean de programas de doctorado distintos. Es muy importante sentirse parte de un colectivo con el que poder compartir, pelear por las injusticias de la carrera investigadora y disfrutar de esta etapa. Pero, sobre todo, que se cuiden mucho, que construyan su vida profesional sin olvidar la personal, que la carrera investigadora es larga y difícil. Y creo que las JIFFI son un punto de encuentro genial para empezar el camino del doctorado porque aporta todo lo que he mencionado anteriormente.

¿Te acuerdas de si hubo otros investigadores con quienes entonces te pusiste en contacto y más tarde colaboraste? ¿Cómo fue? 

Bueno, yo en las JIFFI he conocido a muchísima gente. También hay que decir que estaba en el grupo de trabajo donde se gestionaban todas las inscripciones y trabajos y donde se tenía una comunicación directa con los participantes. Tengo que agradecer todo el apoyo de los directores de las Escuelas de Doctorado porque, sin ellos, las JIFFI hubiesen costado muchísimo más. Además, su cariño y apoyo, yo los sigo notando aunque esa etapa se acabase hace ya años.

Por otro lado, en el campo de la divulgación he podido compartir tiempo después distintos eventos con muchas personas que han colaborado con las JIFFI en mesas redondas. Pero, sobre todo, en la parte de organización, he conocido a gente maravillosa con la que sigo colaborando en la vida personal, en el laboratorio y en los bares.

Según tu experiencia, ¿cómo puede afectar el contacto con otras disciplinas al enfoque de nuestro proyecto?

El punto de vista interdisciplinar siempre va a ser positivo. Tengo que decir que evaluar todos los trabajos que llegaban para poder organizar sesiones en las que se pudiesen encontrar puntos en común entre personas de programas de doctorado distintos fue muy enriquecedor, aunque muy difícil también. Pero es cierto que cuando se llevaba a la práctica en las sesiones durante las jornadas, se creaban puntos de encuentro maravillosos, donde la visión individual que llevábamos a la hora de presentar nuestro trabajo se abría gracias a la generosidad de gente que, siendo más o menos afín, tenía una curiosidad y un interés por aportar increíbles.

¿Qué consejos le darías a un doctorando para compaginar la tesis con su tiempo libre, amigos, familia, etc?

Yo no soy muy de dar consejos en este aspecto porque yo lo hice bastante regular en su momento. Pero sí les diría que se esfuercen en aprender a gestionar el tiempo, las emociones y todo lo que conlleva hacer la tesis. Que no lo vean como un momento de su vida en el que solo existe eso, porque no es cierto, la tesis solo es una parte de lo que somos como profesionales, pero es que además somos personas con cosas que hacer, con amigos, con familia y hasta con momentos de tirarte en el sofá a hacer un maratón de series si es lo que te apetece. Y si, por lo que sea, no consiguen mantener un equilibrio, porque el tema de gestionar se les hace cuesta arriba, la Universidad de Granada tiene un servicio de atención psicológica con el que contar.

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